¿Cómo conectar de nuevo con lo sagrado?
Vivimos experiencias que lo son, pero que no reconocemos.
Me pregunto si las personas religiosas tienen experiencias sagradas además de la fe. Sé de alguna que sí las tiene. Y tenemos grandes referentes como Santa Teresa de Jesús, que han tratado de acercárnoslas.
La gran mayoría (occidental) no tenemos ni idea. Lo sagrado nos ha llegado en forma de rituales eclesiásticos vacíos de sentido. Arte sagrado, música sacra, son solo adjetivos.
Y sin embargo, cuando se empieza a frecuentar la montaña, se tiene la intuición de que allí hay algo más: unas enseñanzas, diferentes valores, otro estar… que acrecientan la admiración por el magno universo.
El corazón se abre, en la montaña. Y con él, una forma de comprender sin palabras.
Constantemente iluminados
La luz es otro poderoso misterio. ¿Por qué nos emocionan amaneceres y atardeceres?
Cuando camino y veo como atraviesa un chorro de rayos un claro entre árboles, me siento deslumbrada. Que la luz es todopoderosa.
Cada color que refleja en una superficie es una experiencia. Observar mar y cielo azules transporta a un estado de eternidad que no lo hace un bosque marrón invernal, tan asceta, o lujuriosamente verde.
Sabemos que la luz tiene poderes infinitos cuando encendemos velas en invierno o la usamos para sanar. Cuando es para nosotros símbolo de comprensión.
Si iluminamos con ella nuestro corazón, abrimos la percepción de lo sagrado.
Trastocados por belleza
La belleza, otro gran enigma que poetas y filósofos tratan de definir a su modo.
Según lo visto en el taller sobre ella de María Beleña, parece que la hallamos entre lo efímero y lo eterno.
La belleza vive en lo que desaparece, dice John Berger, que añade: interrumpe lo ordinario y revela lo que está más allá de la superficie.
¿Hay algo más terrible que la belleza?, se pregunta Rilke. Belleza es verdad, afirma Keats.
Para Francis Bacon, hay en ella una sensación de verdad profunda sobre las cosas que produce miedo.
Que me perdonen todo este lujo,
este tremendo lujo de ir hallando
tanta belleza en tierra, mar y cielo
tanta belleza cruel, tanta belleza.
Belleza cruel. Angela Figuera Aymerich.
Hablo de esos momentos en que una visión, un momento, nos arranca de nuestra experiencia cotidiana. Eso es un momento sagrado.
Momentos sagrados
Como lo son encontrar en un bosque una piedra que atrae y que al sentarse sobre ella, atraviesa como un rayo de gloria. Descubrir en un monasterio una cruz que deja todo el día KO del chute frecuencial que ha transmitido.
La experiencia de lo sagrado la hemos tenido todos en algún momento, sin saberlo. De niños y de adultos. Ya no nos enseñan a reconocerla.
Una conexión profunda e inesperada con un momento o un lugar. Una inmensa sensación de paz. Un atisbo efímero de estar entre algo más grande. Una súbita emoción sin causa aparente.
Conectar con alguna de las muchas personas de elevada conciencia que están entre nosotros, es la forma de empezar a dar cuerpo a lo que la montaña, la luz, la belleza, iluminan en el interior de cada uno de nosotros.
Es momento de desembarazarse de tantos años de ciego racionalismo y recuperar lo que nos pertenece. Somos sagrados. Somos lo mismo de que está hecho todo.
Qué emoción ver a alguien hablar de esto, María. 😍 Muchas gracias por sacar este tema, que es bastante tabú en nuestra sociedad. No puedo más que decir "Sí a todo", respecto a todo lo que dices en tu carta. 😄 De hecho, en mi próxima publicación, que ya la tengo programada, menciono esto. La conexión íntima con lo sagrado, y cómo ésta me ayudó a sanar de todos los lastres que traía de la infancia.
Gracias!! 🙏
Mi experiencia es que lo sagrado no es un tema racional, es una experiencia. En la matèria (o energía) hay capas, abrirse a ellas va más allá de la razón, pero cuando se hace, se empieza a comprender con algo más grande que la mente. Desde hace muchos años se enfrentan ciencia y espiritualidad, y es hora de confluir. Y nosotros, de abrirnos a los humanos que fuimos y que escondemos en lo más hondo. Gracias por opinar. Me encantaría que tuvieras un atisbo estos días de a lo que me refiero.